Nada más saber que queríais que leyera en vuestra ceremonia me puse a pensar…
¿Qué digo?, ¿qué escribo?, ¿qué leo?…
Inmediatamente esos pensamientos se cambiaron por recuerdos fugaces de todo lo que hemos vivido.
Juntos, por supuesto, pero también por separado; porque nuestro lazo estuvo lejos, estuvo pequeño, e incluso deteriorado, pero nunca, nunca estuvo roto.
Y es que no importa el tiempo que pase. No importa la distancia a la que nos encontremos o cuánto llevemos sin vernos. Sois de esas personas que dibuja una sonrisa en el rostro en cuanto piensas en ellas.
¿Y si ahora os pidiera a todos los asistentes que mantuvierais los ojos cerrados por un momento y sostuvierais en vuestra mente el primer recuerdo que se os pasara de esta pareja?
Y de esto es de lo que se trata. Hoy no estamos aquí para ponernos las botas, disfrutar de la comida y ponernos a gusto en la barra libre… (que también). Estoy convencido que el motivo por el que estamos aquí no es otro que responderle a esta pareja con el mismo afecto que esta pareja siempre nos ha respondido.
Efectivamente. Para eso estamos aquí. Para que cada uno de nosotros aporte hoy su granito de arena y contribuya a que el recuerdo que creemos entre todos sea el más feliz de sus vidas. Que cuando ellos cierren los ojos para recordar este día seamos nosotros los que dibujemos una sonrisa en sus rostros.
Y es que no importa el tiempo que pase. No importa la distancia a la que nos encontremos o cuánto llevemos sin vernos. Sois de esas personas que dibuja una sonrisa en el rostro en cuanto piensas en ellas y hoy, os vamos a corresponder.
Muchas gracias pareja. Sed felices.
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